A día de hoy todo el mundo ha oído a hablar de la inteligencia artificial y como se ha posicionado ya como la nueva revolución tecnológica. Sin embargo, posiblemente la percepción de la misma es completamente diferente para cada persona.
Esto se debe a que la inteligencia artificial no se compone de una única tecnología sino de un conjunto de las mismas, que a su vez está en constante evolución.
Por otro lado se puede aplicar a prácticamente cualquier área del ámbito empresarial. Nos permite automatizar tareas, personalizar cualquier interacción con el cliente, tomar decisiones más robustas (de hecho la inteligencia artificial se considera el nuevo business intelligence), mejorar nuestro desempeño en base a analíticas prescriptivas, o incrementar la accesibilidad y adopción a nuevas herramientas mediante el reconocimiento del lenguaje.
Tecnologías de Inteligencia Artificial
Probablemente una de las tecnologías más conocidas de la AI es el Machine Learning (ML). Consiste en el aprendizaje automático en base a la información recibida, mediante la implementación de diferentes algoritmos y técnicas que permiten que los sistemas mejoren su desempeño con el tiempo.
Otra tecnología relevante en este ámbito es el Natural Language Processing (NLP), que permite la interacción de las personas con las máquinas mediante el reconocimiento y la interpretación del lenguaje humano. La utilización del NLP ha sido crucial para facilitar la accesibilidad y adopción de diferentes aplicaciones. Por ejemplo, el hecho de poder comunicarnos con nuestro móvil por voz facilita su accesibilidad en situaciones donde no podemos interactuar manualmente como por ejemplo en la conducción.
Pero también hay que tener en cuenta la adopción, dado que la mayoría de las aplicaciones puede requerir un periodo de aprendizaje, que puede ser significativamente reducido si su manejo puede realizarse mediante la comunicación verbal.
La tecnología de Agentes Virtuales ha sido una de las más rápidamente adoptadas, con aplicaciones como los chatbots. Esta tecnología permite reemplazar la intervención humana y que sea la máquina que se comunique con el usuario para responder a preguntas o resolver problemas simples o más estándar.
Sin embargo, éstas son sólo una selección de un grupo extenso de tecnologías, que continua evolucionando y nutriéndose de otras emergentes como el Big Data o el IoT (Internet de las Cosas).
Aplicaciones de Inteligencia Artificial
Sin duda, lo más interesante de la AI sin embargo, son las múltiples aplicaciones que tiene y el gran valor que aportan. Si nos centramos únicamente en el aspecto comercial, éstos son algunos de los ejemplos donde se puede aplicar.
- Segmentación de clientes. La información que tenemos de los clientes es cada vez más amplia, de mayor volumen y más desestructurada. La AI puede procesar esa información para permitir conocerlos mejor en base a sus acciones, sus preferencias, sus interacciones, y/o información contextual geográfica. El resultado son segmentos de clientes más versátiles y completos.
- Gestión de rutas comerciales. La AI es capaz de planificar las rutas más optimas mediante la simulación de todas las diferentes opciones posibles en cada nodo de la ruta, seleccionando automáticamente la mejor opción.
- Comunicación con el cliente. En este ámbito, la AI puede establecer cuál debería ser la próxima acción a realizar con un cliente, con qué canal, en qué momento, con qué contenido, o qué mensajes clave incorporar.
- Optimización del esfuerzo comercial. La AI puede también ayudar a analizar la información histórica sobre la inversión realizada en cada uno de los canales comerciales, y proponer cuál debería ser la inversión óptima por canal a futuro.
Conclusión
La revolución de la Inteligencia Artificial ya ha comenzado, pero dada su complejidad y el gran número de aplicaciones que tiene, es importante no naufragar en la puesta en marcha de iniciativas de este tipo. Lo importante es construir el puzzle perfecto que potencie el valor de cada una de las tecnologías disponibles y en su aplicación más idónea.