La “Consulta de Medicina Interactiva” equivale a una plataforma informativa que en lugar de estar en Internet se encuentra con un profesional médico que con la destreza del “arte de curar, escuchar, comprender, analizar y resolver” va a dar a su paciente las mejores coordenadas para normalizar su estado de salud.
El paciente acude a la consulta con su historia clínica, la de los problemas que afectan a su salud, posiblemente con datos recabados de diferentes consultas ambulatorias y hospitalarias; que si bien tienen el mérito de exploraciones clínicas importantes, pueden adolecer de una evaluación global a lo largo de la vida del paciente. Este desea establecer su patrón de morbilidad, y recibir soluciones alternativas, o simplemente yuxtapuestas.
El prototipo de consulta es la anamnesis clínica; extraer lo más importante de los acontecimientos del paciente, recabar la información pertinente sin prisas, su valoración de forma longitudinal, y por ello atender a las propias necesidades que pueden ser existenciales, motivo de su consulta. En definitiva, el procedimiento clásico de elaboración de la historia clínica, sumando lo puramente de la exploración física, el análisis de los datos aportados, y todo lo referente a lo cognitivo, afectivo, y de relación social.
La interacción del paciente con el médico que practica la “medicina interactiva” es una fórmula magistral que da acceso a gran número de particularidades clínicas que lejos de ser un anatema para el paciente, éste se encuentra con un médico práctico que resuelve sus dudas, sin el “clic” de la selva y maldiciones de Internet, y con el tiempo de consulta suficiente para lograr los resultados esperados por el paciente.
En definitiva la práctica de una medicina de accesibilidad al consejo médico de excelencia y comunicación sencilla, de inmediatez, y recibiendo la solución más fiable a los problemas de salud, en particular, los tratamientos farmacológicos, en su necesidad, y consideraciones a tener en cuenta.
El tratamiento farmacológico de rigor científico, esto es, el éxito terapéutico en la prescripción del médico, debe de ser compatible con el estilo de vida del paciente, de modo que éste esté lo más satisfecho posible de los resultados, pero sin mermar su calidad de vida. La presencia de efectos adversos posibles, la dificultad de seguir los tratamientos, el compatibilizar varias morbilidades con el tratamiento, y otros imperativos que puedan modifican la actividad normal, son elementos claves a tener en cuenta para que el paciente se comprometa a cumplir con las recomendaciones médicas. Y, por otra parte, sepa conllevar y aceptar su estado de salud, es decir, saberla asumir, mejorar, y disfrutar de la vida como los demás.
Médicos internistas con visión multidisciplinar, y especialmente médicos farmacólogos clínicos tienen -en su experiencia profesional de los cuidados médicos- mucho que aportar en el ejercicio de la “medicina interactiva”. Estamos en un momento donde al parecer todo se pretende solucionar con un “clic”, ignorando la dignidad de la persona, la del paciente. El paciente se transforma en un aliado social por el interés de llevar una vida saludable, esto es, contribuyendo con la medicina socializada en la que participamos todos los españoles.