La industria dispone de un amplio abanico de posibilidades para la promoción de sus productos a los profesionales de la salud entre las cuales se encuentra la financiación de actividades formativas. Sin embargo, la globalización está condicionando las normativas nacionales con la previsible imposición en el futuro de otras comunes para todos los países de la Unión Europea y las de tipo voluntario acordadas por la patronal EFPIA.
Adivinar el futuro de la industria y la relación con los prescriptores y proveedores no resulta una tarea muy complicada a la vista de la evolución experimentada en Estados Unidos, país adelantado en la regulación del sector farma y la adopción de medidas similares en Europa en periodos no superiores a los cinco años desde que allí se ponen en práctica. Hace apenas cincuenta años, un porcentaje muy elevado de los programas de educación médica continuada desarrollados en aquel país lo hacían con el patrocinio de las compañías farmacéuticas. Hoy y bajo las reglas del Consejo Acreditador para la EMC (ACCME, por sus siglas en inglés) eso sería imposible.
Las estrictas reglas de ACCME requieren que los proveedores de formación acreditados eviten cualquier interacción con los financiadores a excepción del soporte económico y la identificación de las áreas terapéuticas en las que están interesados. En la mayoría de los otros países, y hasta ahora, el papel de los financiadores es mucho más variable.
En sus normas para el soporte comercial ACCME establece que los proveedores de EMC deben asegurar que las siguientes decisiones fueron tomadas sin el control de intereses comerciales:
a) Identificación de las necesidades formativas.
b) Determinación de los objetivos educacionales.
c) Selección y presentación del contenido.
d) Selección de todas las personas y organizaciones que estarán en situación de controlar el contenido de la EMC.
e) Selección de los métodos educacionales.
f) Evaluación de la actividad.
ACCME justifica todos estos requerimientos en los siguientes puntos:
* Disponibilidad de argumentos de la industria para asegurar que los profesores identifiquen todos los datos relevantes de sus productos en sus presentaciones.
* Incorporación de las sugerencias de consultores externos que conocen a la perfección los beneficios y aspectos negativos del uso de sus productos.
* Búsqueda de un retorno de la inversión por parte de la industria que compense los esfuerzos de marketing.
En Europa, el Consejo Europeo para la EMC (EACCME) desde su sede en Bruselas establece en sus normas para la acreditación de eventos presenciales de EMC:
* El comité científico y/o organizador debe confirmar que se ha asegurado de que el contenido de todos los aspectos de los eventos están libres de todo intento por parte de los patrocinadores de influir en las decisiones de los comités.
* EACCME no respaldará la acreditación de las actividades que hayan sido directamente financiadas por y/o ofrecidas por la industria farmacéutica o las industrias de equipamiento médico.
En España, como en otros países europeos, los proveedores de educación médica continuada, estamos a favor de la celebración de eventos patrocinados por la industria en tanto que estos estén libres de intereses comerciales en sus contenidos.
Los argumentos a favor:
- Ninguna entidad tiene mayor conocimiento que las propias compañías que desarrollan y realizan numerosos ensayos para determinar la eficacia y seguridad de los productos que los médicos prescriben para el tratamiento de las enfermedades.
- Los departamentos científicos y consultores de las compañías son los más adecuados para señalar los beneficios y efectos indeseables de sus productos.
- La industria se esfuerza en presentar un balance equilibrado del uso de sus fármacos comparados con similares tratamientos.
Proveedores de educación médica continuada en España
Las actividades de EMC se desarrollan en España en un alto porcentaje con la financiación de la industria y si dejamos a un lado algunas iniciativas ofertadas por los servicios autonómicos de salud de determinadas CC.AA., y en general, enfocadas a la consecución de sus objetivos presupuestarios en materia de Farmacia, los proveedores son, principalmente las sociedades científicas, los colegios de médicos, las compañías farmacéuticas directamente, las empresas privadas y las fundaciones.
En mi opinión y por lo visto en Estados Unidos, las compañías farmacéuticas y las empresas privadas lo tendrán más difícil en un futuro próximo cuando las normativas europeas establezcan un nuevo marco de relación en la oferta formativa que estará en buena medida condicionada por la previsible puesta en marcha de la recertificación obligatoria.
En nuestro caso, la reciente creación de la Fundación Iberian Livemed Institute con un consejo consultivo formado por líderes de opinión en las diferentes especialidades, ha significado la determinación de un control externo de nuestras actividades de educación médica continuada convirtiéndose la Fundación en la proveedora de la formación que ha de velar por la independencia de los contenidos ofertados y encargándose Livemed Iberia de la logística para que las actividades se desarrollen con los estándares de calidad que han prestigiado a nuestra organización.
Situación actual de la acreditación de la EMC y la recertificación en España
La acreditación de las actividades formativas tiene como objetivo certificar la calidad de su diseño, contenidos ofertados y competencia de los docentes de los que se exige la presentación de su curriculum y, una vez evaluados todos los parámetros, conceder a los profesionales un número de créditos acorde con la intensidad y la utilidad para el aprendizaje.
Como sabemos, el inicio de la acreditación de la formación estuvo en manos del Ministerio de Sanidad con la creación de la Comisión de la Formación Continuada del sistema Nacional de Salud y en su progresiva delegación en las CC.AA. En 2002 el Ministerio de Sanidad permitió al Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) la creación de SEAFORMEC (Sistema Español de Acreditación de la Formación Médica Continuada) organismo en el que se integraron FACME (Federación de Asociaciones Científico-médicas) la Conferencia de Decanos de Facultades de Medicina y el Consejo Nacional de Especialidades Médicas, dos sistemas que coexistieron hasta que en marzo de 2011 el Tribunal Constitucional estableció que la competencia de la formación estaría exclusivamente en las Comunidades Autónomas.
En julio pasado, el CGCOM organizó una mesa redonda para debatir la situación actual de acreditación de la EMC con la participación de Serafín Romero, vicepresidente de la OMC; Carlos Moreno, director general de Ordenación Profesional del MSSSI; Rodrigo Gutiérrez, director general de Calidad y Humanización de la Asistencia Sanitaria de la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha; José Antonio Otero, presidente del Colegio de Médicos de Valladolid; Pilar Lucas, presidenta de la Comisión Nacional de Neumología y Arcadi Gual, coordinador del Área Profesional de la OMC.
En las conclusiones. el Dr. Romero lamentó el resultado de la sentencia del Constitucional y defendió la necesidad de la participación de las profesiones sanitarias señalando así mismo que se están retomando las conversaciones con algunas administraciones autonómicas para hacer posible esa participación. En ese sentido el Dr. Rodrigo Gutiérrez indicó que en Castilla-La Mancha participan la Administración, el Servicio de Salud, la Universidad, los Colegios Profesionales, las Sociedades Científicas y los Sindicatos.
Carlos Moreno señaló que de las casi 50.000 actividades formativas que se acreditan anualmente, Madrid supone el 26,86%, Andalucía el 23.87% y Cataluña el 16% y coincidió con el Dr. Romero en el problema que supone que los créditos no sean reconocidos por otras CC.AA. para, por ejemplo, la provisión de plazas en la parte del baremo.
Por otra parte, se refirió al futuro del Desarrollo Profesional Continuo (DPC), su importancia de cara al entorno europeo, el ordenamiento jurídico de la Unión Europea, a la directiva de cualificaciones profesionales 2005/36 y su ampliación en la de 2013, que lo recoge como una materia que deben incorporar los Estados miembros en relación con la calidad de los servicios y de la seguridad del paciente.
Finalmente, el Dr. Arcadi Gual incidió en la necesidad de simplificar el sistema de acreditación de la formación médica continuada, y, sobre todo, acercarse a los sistemas internacionales aprovechando la experiencia de SEAFORMEC que forma parte de la UEMS a través de la OMC y los acuerdos obtenidos en materia de validación de la acreditación.
Al debate sobre la recertificación ha contribuido el conocimiento de la opinión de los profesionales a través de la encuesta “Situación actual de la AP en España”, en la que han participado casi 800 socios de SEMERGEN y en la que además de otros aspectos relacionados con la práctica clínica, se pone de manifiesto que cerca de un 80% de los socios, la mayor parte de ellos médicos de familia, está conforme en que se evalúen periódicamente sus competencias y hasta un 70% asegura que participaría en un proceso de evaluación de competencias ligado a la recertificación.
La EFPIA y la EMC impulsarán los códigos de buenas prácticas
La patronal europea de la industria farmacéutica en la que está encuadrada Farmaindustria ha impulsado la transparencia en la relación con los profesionales con la publicación de las aportaciones de la industria para, entre otras, la investigación y la financiación de las actividades formativas.
Se trata de una iniciativa ejemplar que obligará a las compañías farmacéuticas asociadas a actuar en un marco ético para la promoción de sus productos y representará una garantía para autoridades sanitarias y pacientes.
En un sentido contrario, llama la atención la reciente publicación en JAMA Internal Medicine (June 20, 2016) del estudio “Pharmaceutical Industry-Sponsored Meals and Physician Prescribing Patterns for Medicare Beneficiaries” en el que se establece la relación de las invitaciones a médicos por parte de la industria, durante las cuales los representantes de las compañías informan a los participantes sobre sus medicamentos, y el incremento de las prescripciones en relación con los que no han participados en esa práctica que, por otra parte, está regulada por la FDA.
Un nuevo estudio publicado en BMJ en 18 de agosto de 2016, “Association between payments from manufacturers of pharmaceuticals to physicians and regional prescribing: cross sectional ecological study” y realizado en 306 hospitales de Estados Unidos, abunda en la idea de que los médicos que reciben regalos, principalmente en forma de cenas, es más probable que prescriban o recomienden los productos, al menos, los que fueron analizados en dos categorías terapéuticas.
El impacto de estos artículos en los medios dirigidos al gran público han tenido gran relevancia en Estados Unidos donde los precios de las últimas innovaciones terapéuticas ha llegado a incluir a la industria farmacéutica en los argumentarios de la actual campaña presidencial y pone de relieve la necesidad de una mayor ética en las relaciones industria-profesionales. La EMC es una buena aportación a ese deseable objetivo.