Los productos a base de agua de mar han ganado prominencia debido a su carácter natural y a su elevado valor nutricional. Su composición, rica en minerales, la convierte en una alternativa atractiva para los profesionales de la salud. Aunque la variabilidad de su composición química y la contaminación del medio marino son desafíos para el fabricante, la extracción cuidadosa, la microfiltración y un estricto control de calidad hacen posible la elaboración de productos seguros y eficaces.
El uso de agua de mar microfiltrada como herramienta terapéutica emergió hace aproximadamente 126 años, marcando el inicio de una nueva manera de abordar la enfermedad (1). Debido a la multitud de nutrientes que contiene de forma natural y a los efectos terapéuticos observados tras su administración, comenzó a despertar el interés de la comunidad médica francesa. Se inauguraron decenas de centros sanitarios donde se aplicaba la “terapia marina” y los tratamientos fueron reembolsados por la seguridad social francesa durante gran parte del siglo pasado (2). En la actualidad, los sprays nasales a base de agua de mar llenan los expositores de las farmacias y constituyen una de las herramientas más recomendadas por los especialistas para el manejo de algunas enfermedades. Además, cuando es administrada por vía oral, tópica u oftálmica, ya sea como tratamiento principal o como tratamiento coadyuvante, contribuye eficazmente al manejo de diferentes signos y síntomas, a través de un enfoque integral.
Sin embargo, lejos de ser una sustancia invariable, el agua de mar muestra una composición química heterogénea, en función del lugar y el momento de su extracción. En este sentido, es sabido que algunas zonas costeras suelen presentar altos niveles de contaminación, siendo la costa uno de los lugares menos indicados para la extracción de la materia prima. Por otra parte, es recomendable extraer el agua de mar a cierta profundidad, debido a la gran variedad de contaminantes que pueden flotar en la superficie. Asimismo, existe cierta variabilidad geográfica en cuanto a la composición química del agua de mar. Por todo ello, es imprescindible tener bien caracterizada la zona de extracción de la materia prima, de cara a obtener productos de alta calidad. En nuestro caso, extraemos el agua de mar en unas regiones concretas del Golfo de Vizcaya y la transportamos en camión refrigerado hasta el laboratorio. A continuación, la materia prima es llevada a la isotonía mediante la adición de agua de manantial, para la elaboración de productos a base de agua de mar isotónica. Por su parte, en la elaboración de productos con agua de mar hipertónica, no es necesario suplementar el agua de mar con ningún otro ingrediente, pues el agua de mar que extraemos contiene una concentración en sales del 3,3%. Finalmente, la mezcla isotónica o el agua de mar hipertónica son microfiltradas y analizadas, con el fin de verificar la ausencia de contaminantes.
El agua de mar que extraemos contiene cloruro, magnesio, calcio, potasio, sodio, bicarbonato, zinc, manganeso y cobre, además de otros elementos, proteínas, lípidos, vitaminas hidrosolubles como la D-biotina, la tiamina, la riboflavina, la nicotinamida, la cianocobalamina, la piridoxina y vitaminas liposolubles como el retinal, la vitamina D3, el -tocoferol y la vitamina K1, presentes en la materia prima en concentraciones traza. Administrada por vía oral en cantidades adecuadas, constituye una alternativa natural y segura al resto de suplementos minerales, cuya composición y biodisponibilidad suelen ser más limitadas. Además, en estudios clínicos se ha observado que, cuando es administrada por vía oftálmica, constituye un tratamiento seguro y eficaz para el alivio sintomático del síndrome del ojo seco (3), una afección oftalmológica preeminente a nivel global y con proyecciones de aumento, dada la creciente longevidad de la población. Por otra parte, en un estudio donde se administró por vía tópica a pacientes pediátricos con brotes leves/moderados de dermatitis atópica, se observó que el tratamiento era seguro y eficaz (4). Administrado por vía oral, puede utilizarse la variante isotónica como complemento a la rehidratación oral, en contextos de enfermedad digestiva, así como herramienta coadyuvante en el manejo de procesos crónicos, donde incrementar el aporte de algunos micronutrientes puede resultar útil. Por otro lado, el uso de la variante hipertónica es especialmente interesante en el manejo del cansancio crónico y de la astenia primaveral.
Sin ninguna duda, la continuidad en la investigación y desarrollo de terapias basadas en la administración de agua de mar microfiltrada promete abrir nuevas perspectivas en el campo de la medicina, aunque la procedencia del agua de mar, los procesos de purificación y un estricto control de calidad se erigen como aspectos críticos en la garantía de la eficacia y seguridad de estos tratamientos.
1. Quinton, R. (1995). L’eau de mer milieu organique. Paris: Éditions Encre.
2. Jarricot, J. (1921). Le dispensaire marin, un organisme nouveau de puériculture. Paris: Masson.
3. Díaz-Llopis M, Pinazo MD, Díaz-Guiñón L, Rahhal M, Pérez M, Bosch R, Gallego R, Dolz R, Díaz-Guiñón T, Díaz M, Romero FJ, Cisneros A. A randomized multicenter study comparing seawater washes and carmellose artificial tears eyedrops in the treatment of dry eye syndrome. Clin Ophthalmol. 2019; 13: 483-490.
4. Ballester M, San Juan E. Agua de mar microfiltrada en frío frente a la dermatitis atópica en población pediátrica: estudio piloto. SoMaMFYC. 2021; 2: 21-28.