Hablemos de fortalezas, de esas cualidades y habilidades innatas que nos permiten sobresalir en diversas áreas y que en ocasiones pueden llegar a sorprendernos incluso a nosotros mismos. Identificar cada uno de nuestros talentos y ser capaz de canalizarlos de manera que podamos aplicarlos en nuestro entorno, hará que mejoremos en nuestro rendimiento individual, y seamos capaces de contribuir significativamente al éxito del equipo y de la organización de la que formamos parte.

El objetivo de este artículo es explorar diferentes tipos de fortalezas las cuales sean capaces de representar a cada uno de nosotros y nosotras y ver de qué manera pueden ser aprovechadas para maximizar el potencial personal, profesional y organizacional.

Hay una serie de ámbitos concretos en los que están englobadas nuestras fortalezas, y poner foco en cada uno de estos ámbitos nos ayudará a conocer mejor nuestros talentos.

1. Ámbito Intelectual e Interpersonal
Este tipo de fortalezas incluyen habilidades cognitivas como el pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad de resolver problemas. Las personas con estas fortalezas suelen ser analíticas, innovadoras y capaces de encontrar soluciones efectivas a problemas complejos.

Las personas con un alto nivel en el pensamiento crítico constructivo pueden evaluar situaciones de manera objetiva, identificar problemas y proponer soluciones lógicas.

Algo importante en este ámbito es la creatividad, la cual es esencial en el ámbito de la innovación y desarrollo para ser capaces de proponer ideas originales y mejorar procesos de manera satisfactoria.

En cuanto al ámbito interpersonal, recogen habilidades sociales como la empatía, la comunicación y el espíritu colaborativo. Estas habilidades son indispensables para construir y mantener relaciones efectivas y colaborativas dentro del equipo y con clientes determinados.

“Las personas con un alto nivel en el pensamiento crítico constructivo pueden evaluar situaciones de manera objetiva, identificar problemas y proponer soluciones lógicas”.

2. Ámbito de Ejecución
Las fortalezas de ejecución incluyen la capacidad de llevar a cabo la realización de tareas de manera eficiente y eficaz, el sentido de responsabilidad y la autodisciplina. Estas fortalezas aseguran que el trabajo se complete en tiempo y forma con alta calidad.
Ser eficiente y tener la capacidad de gestionar el tiempo y los recursos de manera óptima es determinante para conseguir los objetivos.

Por otro lado, la responsabilidad implica un fuerte sentido de compromiso y ética laboral con una visión clara de la realidad. Ser responsable emite una señal clara de ser confiable y consistente.

3. Ámbito de Liderazgo o Influencia
Las fortalezas de liderazgo incluyen la capacidad de inspirar, motivar y guiar a otros hacia objetivos comunes. Estas habilidades son las principales y esenciales para dirigir equipos y proyectos de manera efectiva, con un amplio sentido del compromiso y respeto hacia los demás.

Estas fortalezas de liderazgo ayudan a los líderes a inspirar y motivar a sus equipos, y ser capaces de fomentar un entorno positivo y de confianza.

Los líderes con fortalezas en la toma de decisiones son capaces de guiar a sus equipos a través de desafíos y cambios persiguiendo un objetivo común.

“Las fortalezas de liderazgo incluyen la capacidad de inspirar, motivar y guiar a otros hacia objetivos comunes”.

4. Ámbito de Pensamiento Estratégico
Las personas con fortalezas dominantes de Pensamiento Estratégico asimilan y analizan la información que mejora la toma de decisiones.

Las personas talentosas en el pensamiento estratégico crean formas alternativas de proceder. Ante cualquier escenario dado, son capaces de identificar de manera rápida las diferentes situaciones y problemas relevantes. Incluso, tienen la capacidad de considerar todos los factores que podrían afectar una situación.

Las personas con fortalezas en pensamiento estratégico pueden comenzar a formular las respuestas antes de que sus compañeros o compañeras comprendan la pregunta.

Pueden generar de manera rápida, formas de mejorar, perfeccionar, corregir o modificar un proceso. Sus sugerencias a menudo influyen en la forma en que un proyecto se desarrollará y los matices con los que se llevará a cabo.

Con estas fortalezas a medida que se acumula información, se comienza a prestar atención solo a lo que parece importante y ser capaz de expresar las ideas con claridad.

“Las personas talentosas en el pensamiento estratégico pueden generar de manera rápida, formas de mejorar, perfeccionar, corregir o modificar un proceso”.

Veamos algunos beneficios de aplicar las fortalezas en el trabajo;

- Mejora del desempeño: aprovechar las fortalezas permite a las personas ser más competentes y seguros, y por tanto lograr un mejor desempeño y mayor productividad.

- Aumento de la satisfacción: si las personas utilizan sus fortalezas, se encontrarán más realizadas y motivadas.

- Avance en cultura organizacional: allá donde se valoran y fomentan las fortalezas individuales se consigue una cultura organizacional positiva y colaborativa, lo cual aumenta el respeto mutuo y el trabajo en equipo.

- Potenciación de la innovación y creatividad: si las personas pueden aplicar sus fortalezas en los roles a desempeñar, habrá un claro beneficio con la obtención de ideas innovadoras y soluciones creativas.

- Fortalecimiento del Liderazgo: Identificar y desarrollar fortalezas dentro del equipo asegura un liderazgo eficaz y sostenible, con un claro éxito a largo plazo para la organización.

Reflexión
Aprovechemos nuestros talentos. Ser capaces de conocer y aplicar nuestras fortalezas, es una estrategia beneficiosa para mejorar tanto el rendimiento individual como organizacional. Si somos capaces de centrar nuestros esfuerzos en aquello que mejor hacemos acorde a nuestras fortalezas, se crearan entornos de trabajo mucho más eficientes, innovadores y eficaces.

Tengamos en cuenta, que fomentar el desarrollo y uso de estas fortalezas no solo beneficia a los empleados, sino que también impulsa el éxito global de la organización.