Según la OMS, entre 2015 y 2050, el porcentaje de habitantes del planeta mayores de 60 años casi se duplicará, pasando del 12% al 22%. En 2020, el número de personas de 60 años o más superó al de niños menores de cinco años. La experiencia de envejecer puede ser muy diferente según las características de la persona, los factores sociodemográficos y los hábitos de vida. Las personas que se cuidan a sí mismas, comen bien y permanecen activas física y mentalmente aumentan sus probabilidades de llevar una vejez sana. Por tanto, es importante concienciarse sobre qué aspectos puede mejorar cada individuo para lograr un envejecimiento activo y saludable.
¿POR QUÉ TENER UNA VIDA ACTIVA Y SALUDABLE?
Tener una vida sedentaria y unos malos hábitos alimenticios aumentará de morbilidad y mortalidad de las personas a cualquier edad. Pero en el caso de las personas mayores, además puede acarrear:
- Aumento del riesgo de incapacidad.
- Pérdida de la resistencia .
- Mayor vulnerabilidad a eventos adversos, como caídas, enfermedades agudas y dependencia.
ACTIVIDAD FÍSICA
Sin importar la edad, el ejercicio es clave para mantenerse en forma y sano. La actividad física fortalece los músculos, ayuda a mantener un peso corporal adecuado y previene enfermedades cardiovasculares o la diabetes, entre otras. Ademas, en personas mayores puede ayudar a:
- Aliviar la rigidez de las articulaciones
- Mejorar el equilibrio y, por tanto, evitar caídas.
- Mejorar la circulación sanguínea.
Para que sea efectivo, deben realizarse todos los días, ya que es más fácil realizar una actividad que forme parte de una rutina diaria. Por ejemplo, hacer una pequeña compra todos los días para preparar la comida es una rutina sencilla que nos obliga a salir de casa y dar un paseo.
El entrenamiento debe ser multicomponente, es decir, combinar ejercicios aeróbicos, de fuerza y de equilibrio. Siempre tienen que estar adaptados a las características de cada persona. No hace falta ejercitarse con mucha intensidad.
El ejercicio ayuda a conservar la agilidad y el equilibrio, y a largo plazo reduce el riesgo de padecer problemas de salud. Las personas sedentarias son menos ágiles y tienen una peor forma física, por lo tanto, son más vulnerables a lesiones y enfermedades.
ALIMENTACIÓN SALUDABLE
Se debe dar prioridad a la calidad de la dieta, con alimentos con alta densidad nutricional, como frutas, verduras, cereales integrales y legumbres.
El envejecimiento puede generar obstáculos que dificultan seguir pautas de alimentación adecuadas, como:
- Limitaciones para realizar la compra o cocinar.
- Sentimiento de soledad.
- Intolerancia o alergia alimentaria.
- Limitaciones sensoriales en vista, olfato o gusto.
- Problemas para masticar y tragar.
- Apetito no regulado con sensación de saciedad precoz.
Además, muchas personas mayores toman medicación que puede afectar a la ingestión, absorción y metabolismo de los nutrientes. Por eso, es importante identificar los obstáculos y analizar los recursos disponibles para solventarlos.
BIENESTAR EMOCIONAL
Es importante llevar una vida activa física y mentalmente después de la jubilación. El éxito depende, sobre todo, del desarrollo de una actitud positiva. Por ejemplo, aprovechar para hacer actividades que antes no podías por falta de tiempo.
- Trabajar como voluntario/a: es muy gratificante y es una oportunidad para conocer gente.
- Recuperar o comenzar con un nuevo hobby o deporte: da la oportunidad de conocer a personas con aficiones similares.
- Aprender nuevas habilidades como tocar la guitarra, aprender un nuevo idioma o hacer un curso de arte.
El envejecimiento se define como el resultado de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo. Lo que provocará un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales. Sin embargo, estos cambios no son lineales ni uniformes, y su vinculación con la edad de una persona en años es relativa.
En general, existe un concepto negativo de la vejez. A menudo, se presupone que las personas mayores son frágiles o dependientes, lo cual no siempre es cierto. Es importante tener un punto de vista positivo sobre la edad y esforzarse por mantenerse en forma y sano mientras sea posible.
El envejecimiento activo promueve la salud física, cognitiva, mental, social y del sueño. Además, requiere entornos favorables a la edad y movilidad habilitada por la tecnología para abordar de manera efectiva los desafíos globales del envejecimiento.