La situación económica, las constantes medidas aplicadas por parte de las administraciones para la contención del coste sanitario, así como las modificaciones en cuanto a normativa sanitaria que se han introducido en los últimos años en España, han tenido un importante impacto en el negocio de los laboratorios farmacéuticos y/o compañías de productos sanitarios. Correo Farmacéutico, con el patrocinio de Quintiles, organizó el pasado 25 de febrero una jornada en la que los grandes representantes del sector farmacéutico español hablaron sobre el gran reto al que se enfrenta la industria: tener mayor capacidad y agilidad para ‘remodelar’ las organizaciones ante las coyunturas que afectan al entorno en el que se mueven.
Javier Ellena, presidente de Laboratorios Lilly, fue el encargado de moderar la jornada, celebrada en Madrid, y el primero en recordar que “la industria farmacéutica está, y ha estado siempre, en constante transformación. Lo que ha cambiado en los últimos años ha sido la velocidad de esos cambios, que han provocado que, a día de hoy, todo lo que hace la industria farmacéutica esté bajo debate”. Ellena repasó las principales cuestiones que, bajo su punto de vista, han provocado esta transformación veloz en los últimos años, cuestiones que responden tanto a nivel global como local: “cambios en los modelos de innovación; una realidad económica que muestra a Europa con unas tasas de crecimiento poco atractivas para invertir en ella; una reputación corporativa deteriorada, como demuestra el reciente caso de hepatitis C en nuestro país, o bien los problemas de acceso a los medicamentos innovadores”.
En su opinión, todas estas cuestiones deben “hacer que aprendamos la lección: la industria farmacéutica genera muy buenas noticias, sólo hay que saber gestionarlas para revertir esta situación”.
A estas primeras reflexiones de la jornada, le siguieron datos concretos sobre la evolución pasada, presente y, sobretodo, futura del mercado ante las políticas de contención del gasto, datos presentados por Concha Almarza, directora de operaciones de IMS Health. Almarza recordó que entre 2009 y 2015 el mercado farmacéutico se ha caracterizado por las pérdidas de patentes y los pocos lanzamientos, mientras que el periodo 2015-2020 va a modificar esta tendencia y se caracterizará por una mayor innovación y la presencia de nuevos lanzamientos. Ello se reflejará en una cifra de crecimiento global del mercado farmacéutico del 5%, una cifra que se situará en torno al 10% en los países emergentes, gracias, sobre todo al mercado de Atención Primaria. Especial importancia tendrá el crecimiento del mercado hospitalario en los próximos 5 años, mientras que el mercado de retail se ‘congelará’ a lo largo de este periodo, pronosticó Almarza.
Si nos centramos en el mercado español, podemos encontrar factores tanto negativos como positivos a la hora de analizar el futuro de nuestro mercado. De entre los negativos, Almarza destacó “la racionalización del gasto farmacéutico, la penetración de genéricos, las medidas regionales, las alternativas terapéuticas fuera del canal farmacia, el lanzamiento de biosimilares o la posible centralización de compras”, mientras que, por el contrario, como aspectos positivos de mercado, mencionó “el envejecimiento de la población, la cronificación de patologías, el incremento del autocuidado, la desfinanciación de medicamentos o el lanzamiento de nuevos fármacos”.
Imagen y transparencia
Apuntado por Javer Ellena al inicio de la sesión, la imagen y la reputación de una compañía son, probablemente, sus mejores valedores, y para ello, es necesario que las compañías farmacéuticas trabajen en ese sentido. José Zamarriego, director de la Unidad de Supervisión Deontológica de Farmaindustria, abordó la figura del compliance officer o director de cumplimiento normativo, una figura que sigue siendo desconocida en muchos aspectos y cuyas funciones parecen plantear múltiples dudas en las organizaciones que lo implantan. Para Zamarriego “el compliance está para ayudar, no para entorpecer, y eso es algo que en las compañías deben tener muy claro. Su papel debe aparecer al principio de cualquier acción, no al final de un proyecto, ya que ello nos permitirá eliminar posibles riesgos”. Zamarriego quiso volver a destacar que la USD “es un apoyo, no somos ‘los malos’. Simplemente queremos que la industria se regule por los principios de legalidad, responsabilidad, compromiso, prevención y transparencia, algo fundamental que la ayudará en su imagen y en su trabajo diario”. Y es que, una vez más, apuntó la necesidad que la industria farmacéutica sea siempre transparente en sus interrelaciones con los diferentes stakeholders, especialmente en lo que se refiere a donaciones, actividad formativa, I+D y prestación de servicios.
La USD analizó más de 5.500 eventos llevados a cabo por la industria farmacéutica en 2014, y Zamarriego recordó que, desde 2004, se han realizado 100 denuncias, “algo que para nosotros no es ningún éxito, sino que cada una de ellas es un fracaso para nosotros y para la propia industria”. Por último, recordó que la autorregulación debe partir siempre des una visión positiva, ya que nos dará credibilidad y, en definitiva, valor.
Las reflexiones de José Zamarriego tuvieron su explicación práctica de la mano de Bella Rafael, Spain & Portugal Compliance & Ethics manager (also responsable for Russia & Turkey) en Bristol-Myers Squibb. Rafael se mostró convencida que “la transparencia de una compañía debe ir asociada a la cultura de negocio de la propia compañía, es algo transversal que debe venir desde la propia dirección”. A su vez, destacó que para que exista esta transparencia, la compañía debe tener muy claros los procesos y etapas a seguir, desde los propios requisitos, hasta la definición, el programa, los grupos y la propia comprobación de la estrategia. Y no menos importante debe ser el comunicar todo ello a los diferentes stakeholders con los que la compañía interactúa, algo, todo ello, fundamental para mantener la imagen y la reputación de una firma.
Repercusión en el día a día
La última mesa de la jornada albergó un interesante debate entre Iñigo Duque, director financiero para España y Portugal de Baxter, Juan José Francisco Polledo, director de la Unidad de Acceso, Comunicación y Relaciones Institucionales de Pfizer, e Israel García, national customer manager en Boehringer Ingelheim, en torno a cómo ha repercutido este nuevo entorno en el día a día de la empresa y en sus distintos departamentos, que han conllevado cambios estructurales a nivel de negocio.
De los múltiples temas que abordaron los tres ponentes, y que pusieron en común con la destacable audiencia que se reunió en el Hotel NH Eurobuilding madrileño, destaca una idea común, y que es la de hacer partícipe a toda la compañía de esta nueva realidad, para que entienda qué camino debe seguir la empresa para relacionarse tanto interna como externamente con todos los actores implicados en su trabajo diario. Y es que, no en vano, la imagen, la reputación y, en definitiva, el futuro de una compañía depende de todos los que la conforman, desde directores generales hasta delegados de ventas, pasando por finanzas, marketing, RI&MA o departamento médico; lo más importante: “remar todos en la misma dirección”.