Asegurar un acceso rápido y equitativo a la innovación, en un contexto de limitaciones presupuestarias, es el próximo gran reto al que nos enfrentamos todos los que conformamos el sistema sanitario.
En los últimos años hemos asistido a la introducción de muchas innovaciones farmacológicas en diferentes áreas terapéuticas (Oncología, Virología, etc). Esos fármacos han cambiado significativamente los protocolos de diagnóstico y tratamiento, la calidad de vida de los pacientes y las tasas de supervivencia. Y en los próximos años se prevé que el ritmo de incorporación de la innovación se mantenga y en algunos casos hasta se acelere.
Mucha de esta innovación llega a España en modelos de acceso temprano a través de la participación de los pacientes en ensayos clínicos. A modo de ejemplo, Roche invierte en España alrededor de 50 millones de Euros anuales en I+D para el desarrollo de ensayos Fase I-III. Gracias a ello 1.500 investigadores de más de 260 centros de todas las regiones han podido facilitar el acceso a nuevos tratamientos aproximadamente a 16.917 pacientes.
Este modelo de investigación representa la primera vía de acceso a la innovación y aporta múltiples beneficios a nivel asistencial, como por ejemplo que la medicación en estos ensayos es gratuita para el sistema sanitario. Sin embargo, conlleva también un elevado consumo de recursos y tiempo hasta que la innovación llega a los pacientes. En concreto, la fase de investigación de un medicamento puede llevar de 12 a 13 años hasta su comercialización, una inversión que ronda los 1.500 millones de dólares y un elevado riesgo, pues 7 de cada 10 medicamentos que se comercializan no generan ingresos suficientes para cubrir sus gastos de I+D.
Ante esta coyuntura, ¿Cómo podemos mejorar el actual modelo de desarrollo de medicamentos para incentivar la I+D? ¿Cómo podemos asegurar un acceso rápido a la innovación tras la fase de ensayos clínicos, teniendo en cuenta que la incorporación de la innovación tiene un importante coste asociado y que vivimos en un contexto de limitaciones presupuestarias?
Una de las soluciones para mejorar el acceso a la innovación por parte de los pacientes es la medición de resultados en salud. Éste es el próximo gran reto en cuanto al acceso a la innovación al que nos enfrentamos todos los que conformamos el sistema sanitario.
Y este reto de medir evidencias en práctica clínica debe tener siempre como punto de partida la visión del paciente y del beneficio que se aporta al mismo con la introducción de cada nuevo medicamento. Obviamente, no todos los fármacos son igualmente innovadores y la incorporación de los mismos no se traduce en un mismo nivel de beneficio para el paciente. Los modelos de acceso y financiación de los medicamentos deben estar basados en valor, priorizando la innovación desde esta visión de beneficio para el paciente.
En concreto, desde Roche estamos impulsando la implantación de modelos de reembolso basados en valor, los llamados Modelos Personalizados de Reembolso (MPR), con los que pasaríamos del actual precio por caja/vial a un modelo basado en valor que permitiría ajustes en el precio del producto para reflejar su valor en función de cada indicación, o un precio conjunto de dos medicamentos en función del valor que aportan ambos de manera combinada.
Estos Modelos Personalizados de Reembolso pueden hacer posible un acceso más rápido de los pacientes a la innovación y favorecen la sostenibilidad del sistema sanitario a través del ajuste del precio en función de su valor. Además, la medición de resultados en salud en práctica clínica permite mejorar la práctica asistencial y el modelo de desarrollo de medicamentos basado en ensayos clínicos.
La obtención de evidencias en práctica clínica sobre la eficacia y la seguridad de los medicamentos sirve de modelo de generación de hipótesis para el diseño más preciso de ensayos clínicos que permitan obtener evidencias de manera más rápida, acortando los tiempos de desarrollo de medicamentos y, por tanto, incentivando a la industria farmacéutica a seguir investigando al mismo tiempo que la innovación llega antes a los pacientes.
Por todo esto, la medición de resultados en salud es el complemento ideal del modelo de ensayos clínicos, y se presenta como una de las principales oportunidades del sistema sanitario en materia de acceso a la innovación en la actualidad y para los próximos años.