Me siento feliz por qué por fin veo que los principales stakeholders del ecosistema sanitario están haciendo una apuesta decidida por el uso de las herramientas y los canales digitales para resolver sus retos profesionales. No sé si será por qué la Covid-19 nos obligó, si por qué el sistema de salud no es sostenible, por qué tenemos la ilusión de aportar valor a nuestros interlocutores, por qué mis jefes me obligan, o quién sabe si es por qué somos curiosos, buena gente y queremos avanzar y dejar un mundo mejor… pero no importa cuál es la motivación de cada uno sino que estamos en un momento dulce en la adopción del digital como motor de transformación del ecosistema sanitario. 

En los últimos años siempre he afirmado que para acelerar la digitalización de la salud no faltaba desarrollo tecnológico sino que era un problema de adopción de todos los que formamos parte de este reto de mejorar la calidad de vida de los pacientes. Los pacientes, como el resto de la sociedad, acogen los nuevos canales digitales (por ejemplo el boom de Tik-tok) o la tecnología (un 23% de la población ya utiliza smartwatches) con naturalidad.

Y ahora sí, también podemos confirmar lo mismo ahora que todos los que dedicamos nuestro talento a mejorar la vida de los pacientes. Médicos formándose en los canales digitales, prescribiendo recursos digitales a sus pacientes, utilizando canales de comunicación digital para resolver dudas de sus pacientes, sesiones virtuales de networking, manejando APPs para tomar decisiones más inteligentes en la consulta…. O mis compañeros de farmacéuticas que ya han integrado la omnicanalidad como su estrategia para promocionar sus productos o aportar valor a sus clientes.

Y ahora que ya podemos escribir con rotundidad que nos interesa utilizar la tecnología en nuestro día a día profesional, es el momento de apostar por las que más valor pueden aportar.  ¿Qué tecnologías están aportando más innovación en el ámbito de la salud? La telemedicina, los sensores, el big data, las redes sociales, la m-health, la inteligencia artificial, las digital therapeutics, y un largo etcétera de tecnologías y canales digitales que a través de la valentía de profesionales que las empezaron a utilizar se han demostrado como herramientas que mejoran la calidad de vida de los pacientes, los empoderan, optimizan los resultados de salud y sobre todo nos dan datos que nos permiten conocer mejor muchas realidades en la gestión de muchas patologías.

De todas ellas podríamos escribir un artículo como éste para mostrar sus bondades y multitud de casos de uso que nos animarían a utilizarlas con mayor frecuencia. Pero en este artículo quiero motivaros por el uso de una de las que creo que más va a transformar la experiencia de los pacientes y profesionales sanitarios, que no es otra que la realidad virtual y una de sus potenciales aplicaciones, el metaverso.

Ya hace más de 5 años que algunos de nosotros apostamos por el uso de la realidad virtual cuando posiblemente no estaba suficientemente desarrollada. Recuerdo el día que compramos cientos de Google Cardboards para los delegados de visita médica para que a través de sus teléfonos de empresa pudieran enseñar el mecanismo de acción de la nueva insulina que lanzábamos al mercado. En los últimos años la realidad virtual ha crecido como tecnología por multitud de razones: programadores mejores y con más experiencia, multitud de dispositivos (las gafas que necesitamos) que han mejorado sus funcionalidades y han bajado el precio (y ya son accesible para la mayoría de los potenciales usuarios) o sectores económicos (como el ocio) que han apostado por su uso.

La realidad virtual es una tecnología que permite a sus usuarios entrar en un mundo paralelo al real dónde podemos vivir en primera persona una experiencia virtual inmersiva única. En este artículo quiero compartir lo que he aprendido y experimentado de su uso, no sólo explicando que es, sino también qué potenciales casos de uso podemos emplear y los beneficios que puede aportar a pacientes y profesionales sanitarios.

Empecemos asentando conceptos que últimamente generan ciertas confusiones. La tecnología de la realidad virtual es aquella que a través de unas gafas desarrolladas específicamente para ello nos permiten acceder a un mundo virtual que no podríamos vivir en la realidad en primera persona en este momento y en este lugar. La realidad virtual nos puede llevar a mundos imaginarios que no existen, a tiempos pasados o futuros, y también simular situaciones reales en unas condiciones completamente controladas y diferentes a las que vivimos habitualmente. No estamos exclusivamente virtualizando historias reales sino estamos creando experiencias únicas y personalizadas para cada usuario.

¿Y el Metaverso es lo mismo que la realidad virtual? Desde que Mark Zuckerberg, creador de Facebook, comunicara que su compañía iba a centrar todos sus esfuerzos en el Metaverso, mucho se está hablando de su uso. El Metaverso está bajo el paraguas de la tecnología de la realidad virtual. El Metaverso es una realidad virtual que permite qué varios usuarios pueden interactuar a tiempo real. Es decir, que el metaverso es un entorno de realidad virtual dónde al mismo tiempo varios usuarios ubicados presencialmente en diferentes partes del mundo pueden vivir la misma experiencia inmersiva e interactuar entre ellos en ese entorno virtual. Un ejemplo de Metaverso que muchos conoceréis es el juego del Fornite que permite a sus usuarios jugar en línea con otros jugadores en un mundo virtual.

En otro ámbitos, como el del ocio o el de la formación, la realidad virtual ya está aportando beneficios infinitos. Escuelas que tienen proyectos dónde los alumnos entran en mundos virtuales para comprender mejor los conceptos de su programa académico, aumentando el compromiso de los alumnos e incrementando la retención de esos conocimientos. Los alumnos pueden bucear por el mundo marino en la asignatura de biología, o visitar en primera persona una de las ciudades sobre las que se les forman en Geografía, o por qué no vivir en primera persona un acto histórico como el nombramiento de Adolfo Suarez como primer presidente de la democracia española en la asignatura de Historia. Por tanto, la realidad virtual permite romper las barreras del aula y consigue potenciar la experiencia del alumno, de una forma visual e interactiva, que a su vez aumenta la motivación y aporta un mayor impacto en los procesos de aprendizaje.

Otro sector que está apostando de forma decidida por esta tecnología es el ocio.  Por ejemplo, podemos vivir en primera persona y en espacios únicos un concierto de nuestro cantante preferido pudiendo ver cómo lo vive antes del concierto en su camerino, o lo que siente, cuando entra por primera vez al subir al escenario. Por tanto, la realidad virtual rompe barreras temporales y geográficas y nos permite viajar a cualquier lugar que nos podamos imaginar.

Pero focalizándose en nuestro ámbito de la salud, la realidad virtual y el Metaverso aportan numerosas posibilidades, soluciones y aplicaciones en la medicina. Ya se está utilizando en multitud de casos. Antes de explicar todos ellos, es importante reconocer, ya que éste es el camino, el denominador común de todas estos proyectos. Todos ellos nacen desde un problema u oportunidad de salud que quieren solventar y demuestran como esta tecnología les permite dar respuestas de valor. 

La realidad virtual, aplicada a la salud, tiene sobre todo una ventaja incuestionable en lo que respecta a la formación de los profesionales sanitarios. Éstos pueden aprender practicando en técnicas quirúrgicas en entornos virtuales prácticamente reales. Todo ello, claro está, sin ningún riesgo, ya que es un acto virtual, pero que se vive de manera totalmente real. Es como los pilotos cuando aprenden en simuladores de vuelo. Los quirúrgicos pueden aprender técnicas que les ayudarán a tener una mayor precisión y a detectar errores antes de que se produzca gracias a la simulación realista de la realidad virtual.

También los profesionales sanitarios se pueden meter dentro del cuerpo humano y conocer el funcionamiento de un fármaco siguiendo de forma virtual como es su mecanismo de acción, o incluso, aprender en primera persona y desde dentro qué pasa en nuestro organismo en determinadas patologías.

Sus aplicaciones no sólo benefician a los profesionales sanitarios sino que tenemos identificados un sinfín de oportunidades para solventar problemas de los pacientes. Gracias a mundos virtuales podemos ayudarles a superar fobias en la gestión de su patología, por ejemplo, con terapias virtuales para mitigar el dolor de la quimioterapia o perdiendo el miedo a qué te administren un tratamiento inyectable. El proyecto Nixi for children nace con el objetivo de empoderar a los niños a través de las experiencias vividas en entornos virtuales.

Otros proyectos de realidad virtual están apostando por la rehabilitación remota. Así el paciente puede hacer sus sesiones de rehabilitación desde cualquier lugar y a cualquier hora. Y esta rehabilitación guiada por un profesional y ya sea de forma individual o grupal con otros pacientes.

También se transformará la relación profesional sanitario y paciente. La atención sanitaria virtual permitirá que ambos colectivos pueden encontrarse en un mundo virtual para interaccionar y así poder resolver dudas o monitorizar la evolución del paciente. Este entorno permite a los pacientes asistir a consultas de manera online mediante avatares que incorporan sus datos clínicos. Esta interacción en el Metaverso también se está utilizando para que médicos, farmacéuticos, enfermeras y empresas del sector farmacéutico puedan interactuar digitalmente.

Estos son sólo algunos de los casos de usos que demuestran sus beneficios en algunos de los ámbitos en la gestión de los pacientes. Seguro que en la próxima versión de un artículo sobre la realidad virtual podremos explicar muchos más proyectos. Ahora nos toca a las empresas innovadoras a dibujar y participar en primera persona como será el futuro y ésta es una de las tecnologías que seguro más puede transformar la forma cómo nos relacionamos y solucionamos problemas reales. ¿Os apuntáis?

Esperamos que mis reflexiones sobre la idoneidad de apostar por esta tecnología os haya resultado útiles. Desde Pëtri tenemos el firme compromiso de acompañar a todos los que formamos parte del cuidado de los pacientes a comprender cómo las herramientas y los canales digitales son un motor clave para la transformación del ecosistema sanitario. Por eso, os avanzamos que ya estamos preparando el 2º encuentro de la Comunidad SaludOndigital que la forman todos aquellos profesionales que estáis apostando por la transformación digital en el ámbito de la salud.

No puedo acabar este artículo sin agradecer de forma sincera al equipo de Metaspai por haberme acompañado en esta etapa de descubrir las infinitas posibilidades de la realidad virtual. Al final la explosión de la tecnología se ha construido del trabajo colaborativo y muchas veces desinteresado de profesionales con un alto talento que aportan su conocimiento a nuestro sector sin buscar nada a cambio más que compartir el propósito que todos tenemos de mejorar la vida de los pacientes. Tecnólogos os necesitamos.