La industria farmacéutica tiene como objetivo primordial investigar, desarrollar y poner a disposición de los pacientes nuevos fármacos cada vez más eficaces y ajustados a las necesidades de cada persona, con el fin de mejorar su salud y calidad de vida. En este contexto, la innovación constituye una de las bases para el avance de la medicina y el conocimiento científico, caminando siempre junto a los sistemas y profesionales sanitarios con el fin de lograr nuevas terapias que mejoren la salud de la población. Por ello, nuestro sector mantiene un firme compromiso con la sostenibilidad y la calidad del sistema sanitario, colaborando con las administraciones, los profesionales sanitarios y los propios pacientes para identificar mejor las necesidades, orientar la investigación y hacer el uso más adecuado de los fármacos.
En Kyowa Kirin creemos que la constante evolución que caracteriza a nuestra industria debe ir acompañada de otros elementos que se adapten y reflejen los cambios que, a su vez, va experimentando la sociedad. De este modo, conseguiremos construir espacios que representen a nuestros equipos, que nos permitan ofrecer una visión empresarial más heterogénea y que den lugar a tomas de decisiones basadas en enfoques y criterios más amplios.
Estamos viendo que nuestro sector está influyendo muy positivamente en la ruptura de muchas brechas, como la de género. La igualdad y la diversidad son grandes valores inherentes al empleo en nuestro entorno. Más del 53% de las personas que trabajan en la industria farmacéutica innovadora son mujeres (la media de la industria nacional está en un 26%), un porcentaje que se eleva al 67% en los departamentos de I+D. En concreto, la plantilla de mujeres ha crecido en los últimos 4 años a un ritmo medio anual del 2,8%. Esto se reproduce en los puestos directivos, que crece en los últimos años y donde las mujeres desempeñan ya el 45%.
Ello denota la importancia de trabajar por mantener modelos de trabajo igualitarios, pero también por ser un ejemplo de empleo diverso, equitativo e inclusivo. En Kyowa Kirin, la diversidad, la igualdad y la inclusión son una parte indiscutible de nuestro ADN.
En lo que se refiere a diversidad, estamos convencidos de que la singularidad de cada miembro es clave para fomentar los talentos diversos. Consideramos que las políticas específicas para las comunidades LGTBI+ no solo son beneficiosas y necesarias a nivel nacional, con leyes y normativas concretas, sino también a título empresarial e individual. Por ello, nos basamos en la cultura inclusiva e integradora para alcanzar el verdadero potencial de cada uno.
La compañía forma parte de la Red Empresarial por la Diversidad y la Inclusión LGBTI (REDI), una iniciativa empresarial cuyo objetivo es contribuir a la ‘normalización’ social de las personas LGBTI en España y a la eliminación de los prejuicios socioculturales que obstaculizan su desarrollo profesional y pleno rendimiento, a través de acciones de sensibilización, formación y asesoramiento a las organizaciones.
En cuanto a igualdad, contamos con un Comité de Igualdad que vela por la puesta en marcha y el cumplimiento de las acciones definidas en el Plan de Igualdad. Ofrecemos empleo de calidad, oportunidades de crecimiento y desarrollo igualitarias, un ambiente profesional dinámico y la posibilidad de participar en el desarrollo de proyectos de investigación y soluciones a nivel internacional. Así, nuestro equipo está formado por cerca de 6.000 empleados, de ellos un 38% de mujeres y un 62% de hombres. Las mujeres ocupan la mitad de los puestos de gerencia y management, concretamente un 49% son mujeres y 51% hombres.
En este sentido, la promoción de modelos a seguir femeninos y la colaboración activa entre la industria y la educación, mediante programas de formación y oportunidades de prácticas, son pasos esenciales. La colaboración entre el sector educativo y las empresas ha de ser clave para lograr avances significativos.
Por último, en materia de inclusión hemos constituido un grupo de trabajo para fomentar la cultura inclusiva, donde reconocemos y celebramos las diferencias creando un entorno de confianza para todos. Además, hemos creado una serie de workplaces que consisten en la revisión del código de conducta, sesiones de formación para empleados y puestos de mando seniors, revisión de las políticas de género, entre otros.
Con todo, quiero finalizar con una perspectiva optimista, pero retadora, para continuar avanzando con paso firme hacia una realidad empresarial cada vez más diversa, igualitaria e inclusiva. Para que esta percepción cambie, es necesario que todos asumamos la responsabilidad de convertir nuestros ideales en realidades. Por ello, debemos continuar apostando por la puesta en marcha de programas, iniciativas y buenas prácticas que garanticen cumplir con nuestras metas y compromisos. Nuestro camino solo terminará cuando llegue el día en que hayamos logrado que no sea necesario hablar sobre estos asuntos, porque significará que ya están integrados en nuestras dinámicas por completo.